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México sin abejas

27 Octubre 2016

México sin abejas

Autor: 
Emilia Martínez y Ana Cristina Vargas

En tan sólo un año, los estados del norte del País han perdido hasta el 60 por ciento de sus colmenas debido al uso de plaguicidas, entre otros factores.
De acuerdo con Octavio Gaspar Ramírez, del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), las colmenas en Chihuahua disminuyeron de 45 mil a 20 mil, y en Coahuila y Durango pasaron de 6 mil a 3 mil. Cada colmena tiene entre 40 y 60 mil individuos, cuyo periodo de vida es de máximo dos meses.
"Del total, yo estimo que se pierde el 50 por ciento de las abejas a nivel nacional", advierte el investigador, quien estudia la exposición de estos insectos a pesticidas, mediante el análisis de residuos tóxicos en cera y miel.
Se trata de un fenómeno que se reportó desde hace varios años en otras partes del mundo, indica, por su parte, José Manuel Vázquez Navarro, investigador de la Facultad de Agricultura y Zootecnia de la Universidad Juárez del Estado de Durango. Sin embargo, fue hasta este año que se empezó a notar en México. "Lo empezamos a ver a principios de este año, después de este invierno, y ya se volvió un fenómeno nacional. Tengo reportes por parte de colegas de Chihuahua, Jalisco, Yucatán. Sé también que en Morelos hay problemas", asevera.
"Pero el caso más grave lo tenemos nosotros, en la Comarca Lagunera. Hay un reporte de la sociedad de apicultores, de que hay productores que han perdido hasta el 60 por ciento de sus colmenas. En otros lugares está en el 50 y el 30 por ciento".
A decir de Vázquez Navarro, la desaparición de las abejas es multifactorial, pues tiene que ver el cambio climático, la pérdida de hábitats y el uso de pesticidas. Ante esta situación, el Congreso de la Unión instruyó en julio a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa) a elaborar y entregar un informe sobre la situación que guarda la apicultura nacional y las medidas instrumentadas para alentar su producción, así como el tipo y uso de pesticidas usados en la fumigación de plagas para los apiarios. Pero, a tres meses de haber sido aprobado el punto de acuerdo la dependencia no ha respondido.
"Muchas plantas y cultivos requieren de una polinización natural donde las abejas juegan un papel fundamental. Esta crisis pone en riesgo la producción de otros productos naturales, y por eso es un asunto que no podemos dejar pasar desapercibido desde el legislativo y revisar las políticas públicas que desde Sagarpa se están haciendo", argumenta la senadora Martha Tagle, quien suscribió el punto de acuerdo.
La desaparición de estos polinizadores no sólo pone en riesgo la producción de miel, que para México representa hasta 130 millones de dólares en exportaciones, sino otros alimentos.
El 75 por ciento de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40 por ciento de las frutas y verduras que consume el hombre procede de la polinización. Entre los tóxicos que afectan a las abejas están las familias de los organofosforados y neonicotinoides. Hay tres pesticidas de la familia neonicotinoides que fueron prohibidos en la Unión Europea por su efecto en las abejas y otros insectos, pero que en México aún se utilizan para combatir, por ejemplo, el pulgón amarillo que ataca al sorgo.
Mientras tanto, de la familia organofosforados, el malatión se aplica de manera aérea en los cultivos de algodón para combatir la misma plaga. "Este tipo de insecticidas pueden viajar a otras plantas silvestres, y como las abejas vuelan por toda la región quedan expuestas", explica Vázquez Navarro. De acuerdo con los investigadores, hay evidencia de que estos plaguicidas tienen efecto sobre el sistema nervioso de las abejas, desorientándolas e imposibilitando su regreso a las colmenas. Suman esfuerzos Apicultores, activistas e investigadores buscan la prohibición de los productos químicos que no sólo representan riesgo para las abejas, sino para la salud de los humanos.
"Estamos usando químicos en productos agrícolas y comestibles que están totalmente prohibidos en otras partes del mundo, pues se ha demostrado que son de alto riesgo para poblaciones humanas", advierte Vázquez Navarro.
"Senasica (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) hizo unas revisiones que mandó la Sagarpa en miel y cera y nos dijeron que no habían encontrado residuos de plaguicidas; sin embargo, un grupo de investigadores de Jalisco hizo un trabajo independiente y encontraron una mezcla fuerte de plaguicidas. Es un coctel de muchas sustancias".
Por su parte, Gaspar Ramírez señala que se han encontrado alrededor de 88 plaguicidas en cera y miel de 165 que pueden rastrear. En Yucatán, por ejemplo, detalla que se detectaron tóxicos de organofosforado en todas las muestras analizadas de cera y en el 64 por ciento de muestras de miel.
Ambos investigadores explican que hay otros intereses por los que las autoridades aún no prohíben el uso de los químicos. "La Sagarpa establece que el peso económico de otros cultivos es mayor al que da la apicultura, entonces o se protege la apicultura o se protegen otros cultivos que requieren del uso de plaguicidas", apunta Gaspar Ramírez. Vázquez Navarro, mientras tanto, hace referencia al factor salud. "Los virus que transmiten los mosquitos como el dengue, el chikunguña y el zika no ayudan nada al asunto.
La Secretaría de Salud debe ordenar la aplicación de insecticidas y claro que los insectos que van pasando se ven afectados", apunta. "Cualquier epidemia por una enfermedad transmitida por mosquitos es muy grave. Tuvimos un año tan lluvioso en el País que hay una población muy grande de mosquitos". Pese a ello, el investigador considera que es posible hallar un equilibrio. Por ejemplo, señala, el año pasado se logró detener la aplicación de plaguicidas en la zona urbana de Monterrey mientras pasaba la mariposa monarca.
Urgen acuerdos A decir de Vázquez Navarro es urgente que las autoridades de distintos sectores empiecen a discutir el tema para que el problema no escale.
"La situación para nosotros es muy grave. Deberíamos estar todos en el mismo tenor y pareciera que al Gobierno federal no le ha caído el veinte. Están en una posición cómoda de no discutir y de no enfrentar intereses", considera el investigador.
"Hay quien necesita esas moléculas, pues son muy importantes cuando luchamos contra las plagas, pero hay que tomar en cuenta las consecuencias que va a traer eso".
El investigador pide a las autoridades aprender del caso ya visto con el DDT, compuesto de los insecticidas para luchar contra la malaria que fue prohibido décadas más tarde cuando se demostraron sus efectos devastadores para la fauna y el hombre.
"Ojalá que, sin alarmar, sin hacer drama, podamos llevar a un mejor término esta discusión de esas listas tan viejas (de plaguicidas), que evidentemente si están prohibidos en otros países hay razones de peso para que exista esa prohibición. No es nada más prohibir por prohibir", concluye.
No hay marcha atrás Juana Carmona cuenta con 150 colmenas en Xochimilco, con las que solía producir 3 toneladas de miel al año, pero, desde hace dos años, su producción bajó a 2 toneladas debido al crecimiento de la mancha urbana.
"Ya no hay lugar para mantener apiarios. Cada vez hay más casas", señala.
De acuerdo con el investigador José Manuel Vázquez Navarro, la pérdida de hábitats es otra de las causas de la desaparición de las abejas. "Si no hay flores, si estamos destruyendo los espacios naturales, es una acción agresiva en contra de los polinizadores en general", advierte.
De por sí, añade, la dinámica de la vegetación se está modificando por el cambio climático. "Por ejemplo, en esta parte del norte (de México), tenemos menos invierno, entonces las plantas están vueltas locas creyendo que ya pasó el invierno, porque las temperaturas son muy cálidas, de hasta 34 grados", describe. "Tenemos que estar muy atentos a este juego al que nos enfrenta el cambio climático".
¿Qué hacen en otras partes del mundo? Éstas son las medidas implementadas por otros países para proteger a las abejas.
Estados Unidos
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) propuso prohibir las aplicaciones de pesticidas que son tóxicos para las abejas cuando los cultivos están en floración, temporada en que las abejas realizan la polinización.
Esta restricción prohíbe la aplicación de la mayoría de los insecticidas y algunos herbicidas durante la floración. Las restricciones están dirigidas a productos que tienen formulaciones líquidas o en polvo; de uso foliar, que se aplican directamente en las hojas del cultivo y los ingredientes activos que han sido determinados como de alta toxicidad para las abejas.
A partir de este año, la EPA abrió expedientes de todos los pesticidas neonicotinoides para revisar de qué manera afectan a las abejas y para evaluar el riesgo de utilizarlos.
Unión Europea
La legislación sobre los insecticidas menciona que las sustancias activas utilizadas en estos productos sólo pueden ser aprobadas si son seguras para las abejas. Después de los estudios en insecticidas neonicotinoides, la Comisión Europea prohibió el uso de tres pesticidas de esta familia: clotianidina, tiametoxam e imidacloprid, pues se comprobó que afectan el sistema nervioso de los insectos. No les temas Investigadores de la Universidad de Florida recomiendan: + No intentes matarlas, los movimientos súbitos provocan que las abejas piquen.
+ Si eres alérgico a los piquetes, aléjate.
En caso de encontrar una colonia salvaje o un enjambre:
+ No lo perturbes y mantente alejado.
+ Contacta a los bomberos para que se hagan cargo.
Si las abejas muestran comportamiento defensivo:
+ Aléjate lo más rápido posible. + Cubre tu rostro y ojos.