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Libier González: Ser migrante no es significado de delinquir

19 Enero 2019

Libier González: Ser migrante no es significado de delinquir

Autor: 
Libier González

La movilidad humana es un derecho de toda persona, y se ha dado a través de la historia humana; responde a diferentes motivos: familiares, de estudio o trabajo. Hay migraciones causadas por la desigualdad, falta de oportunidades e, incluso, por la violencia en el país de origen. En los últimos años este tema ha cobrado relevancia en la vida pública y política a nivel internacional, debido al aumento en los flujos migratorios.

He sido migrante por casi 40 años (ahora mismo vivo con status migratorio favorable), radico en California, y decidí migrar para mejorar mi situación económica. Sabía que en Quila, Jalisco, de donde soy oriunda, mis oportunidades eran mínimas para prosperar. Como migrante, he vivido en carne propia la discriminación, por ser latina y por no hablar inglés. No obstante, también me tocó vivir el esfuerzo por lograr la unión entre mexicanos en el extranjero, y así lo confirmé como presidenta de la Federación de Clubes Jaliscienses del Sur de California.

En ese sentido, pude experimentar diferentes programas que dieron resultados, como el “Programa 3×1 para Migrantes”. Haciendo un análisis del Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, aún con la ampliación de 200 millones de pesos, aunados a los 9.4 millones ya asignados, son insuficientes los recursos, pues representan menos de 58% del presupuesto 2018. Este programa permite aliarnos a los mexicanos en el exterior y construir lazos, siendo partícipes de las mejoras de infraestructura de nuestras comunidades de origen, a través de las aportaciones en términos económicos que estas reciben.

Mi trabajo legislativo es, ha sido y será para velar por los derechos plenos de nuestros connacionales en el extranjero. De igual forma es importante atender las necesidades de las personas retornadas, deportadas, etcétera. Se ha contemplado la educación de niños que, desafortunadamente, han sido deportados en conjunto con sus padres. Es primordial señalar que uno de los fenómenos que se han vivido en los últimos años es el incremento de migración de mujeres, quienes no sólo van como acompañantes, o como parte de un proceso de reunificación familiar, sino que lo hacen por motivos económicos. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, en 2014, de los 214 millones de migrantes en el mundo, la mitad fueron mujeres, y los motivos por los que se trasladan han variado significativamente en los últimos años, haciéndolas más vulnerables a lo largo de su recorrido.

Y de acuerdo al Instituto Nacional de Migración, en 2012, de los 150 mil migrantes que cada año cruzan México, entre 15 y 30% son mujeres. Desafortunadamente, nosotras somos más vulnerables a los peligros en el camino, como violación sexual, trata de personas o extorsiones. Además, muchas viajan con uno o varios hijos. El riesgo se atenúa al no denunciar por miedo a ser deportadas, por lo que es indispensable poner énfasis en esta situación.

No quiero dejar de señalar que ser migrante no es sinónimo de delinquir. Como sociedad debemos estar abiertos a la movilidad que ha caracterizado a la humanidad desde sus orígenes. La comunidad migrante está dispuesta a trabajar de la mano con el gobierno, consciente de las remesas que aportamos a la economía mexicana en términos económicos, políticos, sociales y biculturales.

 

DIPUTADA FEDERAL POR MOVIMIENTO CIUDADANO