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La mujer en la ciencia y la tecnología, desde una perspectiva de género

21 Febrero 2017

La mujer en la ciencia y la tecnología, desde una perspectiva de género

Autor: 
Tania Serrano

La necesidad de eliminar prejuicios y paradigmas de la generación de conocimiento y desarrollo de ciencia y tecnología ha llevado a reconocidos autores a indagar y profundizar en este tema. Teorías como el Empirismo Feminista Ingenuo el cual asume una distinción clara entre ‘buena ciencia‘ y ‘mala ciencia’, siendo la ‘mala’ aquella contaminada de prejuicios androcéntricos o sexistas eliminables para su reconversión en ‘buena ciencia’. Esta última, por definición, ha de estar libre de carga ideológica, de valores; es decir un Enfoque Psicodinámico, en el cual autoras como Evelyn Fox Keller (1985), defienden que las diferencias entre hombres y mujeres son consecuencia de los distintos procesos de aprendizaje emocional a los que son sometidos en la niñez; o la Teoría feminista del punto de vista, propuesto por Sandra Harding (1986, 1991), y desarrollado por otras autoras como Nancy Hartsock (1983), Hilary Rose (1983) y Dorothy Smith (1974), quienes plantean que la situación de las mujeres les otorga el privilegio epistemológico en un mundo dominado por los hombres, un privilegio derivado de que desde su posición marginal, las mujeres pueden ver lo que a los hombres se les escapa desde sus posiciones de poder.

Estas epistemologías feministas han sido desarrolladas con el claro propósito de desmitificar sobre todo que las características biológicas femeninas son en parte la razón de su baja participación en el desarrollo de ciencia y tecnología, y más bien dejar en claro que esta situación se debe más bien a contextos sociales y culturales en la historia de la humanidad. Además de que estos planteamientos en su mayoría proponen que no sólo sus características biológicas son un factor negativo, sino todo lo contrario.

Cada planteamiento y su enfoque son de gran valor para entender el fenómeno de la baja participación de las mujeres en la generación de conocimiento y desarrollo de ciencia y tecnología, sin embargo vale la pena rescatar ciertos planteamientos específicos que pueden ser clave para entender con mayor claridad, pero sobre todo para evitar caer en subjetividades.

Esto nos lleva tambien a comentar que el desarrollo de indicadores enfocados en género depende en gran medida del planteamiento y análsisis de estas epistemologías, pues abre un marco de diálogo y reflexión en diferentes ámbitos que en estricto sentido debería motivar a las instituciones correspondientes a poner manos a la obra, pues es evidente que aún hay mucho trabajo por hacer, y entre más tiempo pasemos sin contar con estos indicadores, más tiempo tiempo viviremos en la omisión de esta problemática y de sus consecuencias, lo que provocará que menos iniciativas sean impulsadas para abonar a su resolución. Tal como menciona la UNESCO en la presentación de los Indicadores de Género en Ciencia, Ingeniería y Tecnología.

La Ciencia, la Tecnología y la Ingeniería son la base del desarrollo socioeconómico sostenible, de la reducción de la pobreza y de otros Objetivos del Milenio del Desarrollo de las Naciones Unidas. No obstante, la mayoría de los países parecen hacer frente a una disminución de inscripciones especialmente mujeres jóvenes en ciencia y en ingeniería.

Los esfuerzos que favorecen la participación de las mujeres en la ciencia, en la ingeniería y en la tecnología, han contribuido a la inscripción creciente en los años 80 y 90 hasta de un 20-25% en muchos países. Sin embargo desde el año 2000, este índice ha disminuido hasta llegar al 10-15%, mientras que en algunos países las inscripciones de mujeres son aún inferiores. Esto, y la fuga de cerebros, podrían tener un serio impacto, sobre todo en los países en vías de desarrollo.

Sandra Harding, filósofa en Ciencias por la Universidad de Nueva York enuncia que: “El feminismo es un movimiento político para el cambio social. Pero muchas afirmaciones, claramente motivadas por preocupaciones feministas, parecen más plausibles que las creencias a las que sustituirían. ¿Cómo puede contribuir a incrementar la objetividad del conocimiento una investigación tan politizada?”

Hacerse esta pregunta, antes de comenzar un análsis exahustivo sobre las epistemologías feministas, debiera ser clave para evitar caer en prejuicios no sólo de género, sino también culturales y sociales.

Por lo cual, en estos tiempos en el que el movimiento feminista está tomando un nuevo impulso, no debemos permitirnos, ningún tipo de análisis sesgado por el ánimo de ocupar los espacios que por derecho nos corresponden, debemos enfocarnos en encontrar las verdaderas causas para desarrollar soluciones reales a una problemática que está desaprovechando, ni más ni menos, que el cincuenta porciento del potencial de la sociedad en este aspecto.

El valor de las aportaciones de las mujeres en la ciencia a través de la historia es indiscutible, una gran parte de la base tecnológica que nos permite hoy comunicarnos, ser más productivos o compartirnos emociones en redes sociales provienen de mujeres, Marie Curie o Ada Lovelace para el caso, solo por mencionar a dos referentes. El potencial está ahí.