Inicio > Replica de medios > Juan Francisco Ramírez: Una iniciativa que puede ser realidad

Juan Francisco Ramírez: Una iniciativa que puede ser realidad

18 Marzo 2019

Juan Francisco Ramírez: Una iniciativa que puede ser realidad

Autor: 
Juan Francisco Ramírez

En México, 76% de las y los trabajadores domésticos reciben como ingreso hasta dos salarios mínimos o menos, insuficientes para cubrir sus gastos médicos y de su familia. En mi nueva etapa como diputado federal me comprometí a legislar correctamente para beneficiar a las mexicanas y mexicanos. Presenté en la Cámara de Diputados la iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 146; se adiciona un párrafo y las fracciones I a XI al artículo 331, y se elimina la primera frase del artículo 334 de la Ley Federal del Trabajo; y se reforma el artículo 13 de la Ley del Seguro Social. Dicha iniciativa surge porque, en las últimas décadas, las trasformaciones globales han traído una serie de cambios que han impactado en la forma en que los gobiernos hacen frente a las nuevas demandas económicas y sociales. Estos cambios han demostrado que el desarrollo social no depende únicamente del crecimiento económico y de la estabilidad macroeconómica, sino también de una efectiva política social, es decir, de acciones que implemente el Estado a fin de garantizar una distribución más equitativa de los beneficios del crecimiento y desarrollo. La seguridad social ha tenido un papel fundamental en el desarrollo de los Estados modernos como instrumento para combatir la pobreza y distribuir equitativamente el ingreso. En México existen importantes instituciones encargadas de dotar de seguridad social a la población: IMSS; ISSSTE; e ISSFAM, por ejemplo.

Los gastos médicos impactan considerablemente la economía de las familias de menores ingresos no aseguradas, por ello, el Seguro Popular se consideró un programa innovador de carácter federal, cuyo objetivo fundamental se centró en la prestación de servicios médicos y evitar que éstos fueran cubiertos mayoritariamente por el gasto familiar. Sin embargo, en nuestro país existen aproximadamente 68 millones de personas sin acceso a seguridad social. Entre los grupos más afectados están los adultos mayores, personas con discapacidad y aquellos que se encuentran laborando sin estar afiliados a ninguna institución pública como el IMSS o el ISSSTE. Hallamos en ese caso a personas que desempeñan actividades en el hogar y son remuneradas; el trabajo doméstico se caracteriza por realizarse de manera aislada, factor que genera que dichas actividades se desempeñen de forma desprotegida y vulnerable. De cada 100 trabajadores domésticos 90 son mujeres y una de las cifras más alarmantes es la que señala que 99 de cada 100 subordinados y/o asalariados en trabajo doméstico laboran sin tener algún tipo de contrato por escrito, de la misma forma, la mayoría de ellos, 76% aproximadamente, recibe como ingreso hasta dos salarios mínimos o menos. Derivado de esto, podemos observar que las condiciones colocan a este importante sector de la población económicamente activa en un estado de total indefensión y vulnerabilidad. Por lo cual exhortaremos a los integrantes del Congreso a dar luz verde y aprobarla, para favorecer a las y los empleados domésticos que trabajan sin tener el soporte que les otorgaría gozar de la seguridad social que merecen. Y continuaré trabajando para que sea una realidad e impulsar más proyectos que traigan consigo cambios beneficios para todas y todos.