Dos Bocas contra miles de vidas
Hace un par de días una impactante noticia nos sacudió: López Obrador dijo que decidió no inundar Villahermosa, afectando a las comunidades indígenas chontales de Nacajuca y Centla, “a los más pobres“. Circuló luego una grabación que exhibe que -sí, el presidente- prefirió afectar a 200 mil personas para evitar que se inundara la obra de Dos Bocas. Se expone que si las compuertas se hubieran abierto hacia el poniente de Villahermosa, se habrían inundado los terrenos de la refinería en construcción, por lo que prefirió inundar los municipios de Jalapa y Macuspana. El hecho es atroz, sumado a los casi 100 mil muertes (que en automático multiplicamos por 3) del Covid, las víctimas de cáncer, los feminicidios y el largo etcétera que no importa, las vidas que no importan.
Ahora sólo concentrémonos en Dos Bocas. La Manifestación del Impacto Ambiental elaborado por el Instituto Mexicano del Petróleo señala afectaciones significativas a causa de la obra y sus actividades: alteración de la calidad del agua pluvial que se infiltra al subsuelo; modificación de las escorrentías que conducen aguas pluviales (más inundaciones); generación de emisiones contaminantes y partículas suspendidas en el aire: alteración de la calidad del suelo; modificación de los niveles de erosión del suelo, disposición de residuos generados; disminución de especies vegetales que habitan en el área; disminución de especies animales.
La construcción de la refinería supone una intervención en el ecosistema de la costa de Tabasco tanto en el suelo, el agua y el aire. La destrucción de manglares protegidos (270 hectáreas de vegetación), ha eliminado una zona de amortiguamiento vegetal en la cuenca de Mecoacán contra las inundaciones y los huracanes. Una advertencia que desde 2016 ya hacía la UNAM: “Del litoral costero tabasqueño, la zona de muy alta vulnerabilidad es de unos 10 kilómetros, ubicada frente al sistema lagunar Mecoacán. El área se encuentra inmersa en la zona de influencia del puerto de Dos Bocas, donde la actividad antropogénica es notable”. El gobierno del estado de Tabasco admitió, en 2017, en su programa de ordenamiento ecológico que la región es altamente vulnerable ante el cambio climático. Además, las emisiones totales durante toda la vida de Dos Bocas promediarían 4,505.1 kilogramos por hora (kg/h) de óxidos de nitrógeno, 10,770.8 kg/h de monóxido de carbono y 62,670.5 kg/h de dióxido de azufre.
El terreno de la refinería de Dos Bocas se encuentra rodeado por el río Mecoacán, que conectado a un sistema de lagunas y el Golfo de México, representa la región de donde se extraen un 90% de los productos pesqueros de Tabasco, según señala Greenpeace. Con la construcción de la planta, a los pescadores de la región se les ha prohibido acercarse a las aguas más cercanas a los terrenos de Pemex. Mientras tanto, unos kilómetros más adelante y cerca de la Playa de Varadero, un tubo avienta al mar las descargas de empresas que trabajan ahí.
Tuvo un costo inicial de 8,000,000,000 dólares, que luego aumentó a 8,918,500,000 (son 194,165,800,000 pesos, a 22.8 pesos por dólar). A decir de la secretaria Nahle, la obra lleva un 24% de avance. En 2019 se le presupuestaron $50,000,000,000; en 2020 $41,256,604,300 y para 2021 $45,050,000,000. Una tercera parte del presupuesto establecido para salud, un 50% más de lo destinado a Medio Ambiente, y casi lo mismo que se reservó para Agricultura, para el campo y sus trabajadores ¿es neta? Pero además, el propio IMP estimó que el costo final de la obra sería de 14,740 millones de dólares, casi el doble (más o menos unos 336,072,000,000 pesos).
En abril de 2019, el Instituto Mexicano de la Competitividad, a partir de un estudio en que se contemplaron 30 mil diferentes escenarios, había determinado que en 98 por ciento de los escenarios, el proyecto de inversión en la refinería Dos Bocas genera más costos que beneficios. Es decir, destruye valor para Pemex. Pero además, al día de hoy, el proyecto no cuenta con un análisis costo beneficio aprobado por la Secretaría de Hacienda. Me explico: la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria dispone que sólo los proyectos de inversión registrados en la cartera de la SHPC podrán incluirse en el Presupuesto de Egresos. También ordena que, para su registro, hay que presentar una evaluación costo-beneficio en donde se muestre que dichos programas y proyectos son susceptibles de generar, en cada caso, un beneficio social neto bajo supuestos razonables.
Pues no. No hay beneficio social sino todo lo contrario.