En la República mexicana existen 12 estados en donde se llevaron a cabo elecciones para alternar el gobierno, sin embargo estos cambios no representan mejoras en las deudas de cada uno de aquellos estados.
De acuerdo con El Financiero en los últimos dos sexenios en niveles de crecimiento que alcanzan mil 400 por ciento, en términos reales. Los pasivos han aumentado de manera exponencial lo mismo en estados donde vivieron cambio de gobierno, como en aquellos donde hasta el domingo pasado no conocían otros gobiernos distintos a los del PRI.
Uno de los casos más representativos sobre el endeudamiento es Chihuahua donde César Duarte provocó que la deuda pública en Chihuahua creciera a más de 46 mil millones de pesos, y en sus últimos meses quería cerrar con broche de oro e incrementar dicha cantidad ya que planeaba la obtención de dos nuevos créditos a través de bonos bursátiles y la banca privada, por 6 mil millones de pesos, y con garantía del 25 por ciento del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (Fafed).
El pasado mes de abril el auditor superior, Juan Manuel Portal Martínez, detalló que en cinco años, la deuda pública de nuestro país aumentó 7.5% para alcanzar en 2014, una proporción de 41.8% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, en el mismo año se acudió principalmente a financiamiento en el mercado interno en 70.8% del total y para complementar, se contrató deuda externa de 29.2%.
Entidades como Zacatecas y Oaxaca, en los últimos dos sexenios, incrementaron sus pasivos en más de mil 300 por ciento en ese lapso. Y en el caso de entidades sin alternancia como Tamaulipas, Quintana Roo y Veracruz, que siempre habían sido gobernados por el PRI, ahí las deudas se han disparado alrededor de 600 por ciento.