Tu voz en el Congreso
El próximo 31 de agosto concluye la LXIV legislatura de la Cámara de Diputados y con ello mi responsabilidad como diputada. Durante tres años tuve la honrosa distinción de ser una representante ciudadana y busqué, con mis acciones diarias, responder al compromiso asumido de ser tu voz en el Congreso.
Esta semana, presentaré mi tercer informe legislativo; sin embargo, quiero aprovechar la oportunidad que me da este espacio para compartir experiencias, que aunque personales, pretendo sirvan para observar los retos del Congreso mexicano, de cara a la legislatura que está por iniciar.
Después de haber sido en dos ocasiones diputada, haber cubierto una suplencia en el senado y desarrollar trabajo como técnica en mi grupo parlamentario, en una trayectoria política de casi 30 años, me queda claro que cada legislatura tiene sus propias características, y es su conformación y los actores políticos que inciden en ella, lo que hace que una legislatura sea más o menos productiva, responda a unos intereses u otros, y se acerque o aleje del ideal de ser un poder autónomo y servir de contrapeso en un sistema de división de poderes.
Le legislatura que está terminando estuvo marcada por tres elementos: su integración paritaria; la configuración de una mayoría absoluta que controló órganos de gobierno, comisiones, y espacios administrativos, compuesta mayoritariamente por legisladores con poca experiencia política y una visión dogmática del proyecto político que los trajo al congreso; y la irrupción de la emergencia sanitaria por COVID a la mitad de la legislatura.
Un largo camino nos trajo a la primera Legislatura de la Paridad, compuesta por 241 diputadas. Para que la paridad tuviera efectos había que intentar lograr una bancada de mujeres, y aunque eso no se logró como tal, hicimos alianzas plurales entre diputadas que nos permitieron ir por las presidencias de las comisiones de manera paritaria, por la presidencia de la mesa directiva en dos años consecutivos, y por la conformación de un grupo de trabajo plural por la igualdad sustantiva, que fue el espacio de coordinación política de diputadas de todos los partidos, que aunado a tener mujeres en la junta de coordinación política, fue fundamental para hacer que avanzara nuestra agenda y resistirnos a los retrocesos.
Hacer alianzas entre mujeres de diferentes grupos parlamentarios y con otras redes, será necesario para que en la siguiente legislatura no se permitan retrocesos y se consiga una paridad efectiva y que las mujeres que llegan a las cámaras tengan poder real para impulsar agendas que transformen la realidad de las demás mujeres.
La siguiente legislatura seguirá marcada por la pandemia, la comisión de salud debe ser clave, pues en este periodo dejó mucho que desear, se apegó a los mandatos del ejecutivo y dejó transcurrir la legislatura sin que los diputados hiciéramos lo que nos tocaba para contribuir en la atención de la pandemia y los efectos de ésta en la sociedad. Insistimos en un ingreso mínimo vital de emergencia para quienes se quedaron sin ingresos y ahora está la agenda planeada por la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza que deberá ser prioritaria para la legislatura que inicia el 1º de septiembre.
La LXV Legislatura tendrá otra conformación, no habrá mayorías absolutas, e incluso los aliados de la 4T regatearán sus votos, pero es justo la oportunidad de la oposición de poner sobre la mesa una agenda real de transformación, que atienda las demandas de la ciudadanía, y no ir por espacios y/o prebendas para atender a intereses personales o de grupo.
Mi periodo ha concluido, estoy muy agradecida con infinidad de personas por su confianza, acompañamiento, trabajo y aportaciones para que cada día hiciéramos que tu voz se escuchara en el congreso. Desde donde esté, seguiré trabajando por una agenda progresista de derechos humanos y será una aliada permanente de las mejores causas ciudadanas.