La gestión de la menstruación no debe ser entendida sólo en el ámbito personal, individual, privado y mucho menos como un tema de las mujeres, sino como un tema social, en el que todas las personas que conforman la sociedad, tengan un conocimiento basado en la ciencia, el laicismo y la experiencia corporal.

Así lo sostuvo la diputada Martha Tagle, durante el posicionamiento del Grupo Parlamentario Movimiento Ciudadano, al hablar sobre el dictamen que reforma el artículo 114 de la Ley General de Educación, en materia de salud y gestión menstrual que, establece que las autoridades educativas estatales, en coordinación con las autoridades sanitarias que corresponda, promoverán la salud y gestión menstrual a través de diversas acciones, como facilitar el acceso gratuito a los productos de gestión menstrual en todos los planteles de Educación Pública:

“Con esta modificación se asientan las bases para que, en forma gradual, avancemos hacia una política pública, que garantice a niñas, adolescentes, mujeres y otras personas menstruantes, el acceso a la posibilidad de vivir una menstruación de forma higiénica, íntima, cómoda, segura y digna”, señaló la diputada Tagle.

Añadió que este avance es resultado del trabajo coordinado con la sociedad, en particular, agradeció el impulso de la organización Menstruación Digna México, para que la menstruación, deje de considerarse un tema tabú y comience a atenderse de manera integral, pues hasta ahora ningún tema sanitario había abordado las necesidades fisiológicas de las mujeres, como lo es el acceso a productos sanitarios de higiene menstrual.

En nuestro país, solo un 62% de los planteles educativos disponen de agua todos los días de la semana; el 19 % carece de inodoros suficientes; el 58% no ofrece agua potable y, únicamente el 40% de los baños escolares, cuenta con condiciones adecuadas de limpieza y seguridad para las y los estudiantes, por lo que no tener acceso a toallas sanitarias, tampones y/o copas menstruales, a una información veraz y útil; a una atención médica especializada, en conjunto con el estigma social alrededor de la menstruación, aumenta las probabilidades de ausentismo y deserción escolar.

En su turno, la diputada Susana Priscila Álvarez Hernández añadió que la situación de pobreza en la que viven 4 de cada 10 mujeres en nuestro país, dificulta su acceso a una gestión menstrual digna. Esto tiene un relevante impacto en el crecimiento y el empoderamiento económico y social de las mujeres; además puede contribuir al logro de varios de los objetivos del Desarrollo Sostenible, como son la calidad de la educación, la igualdad de género; de agua limpia y saneamiento.

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