En su participación en tribuna durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el Coordinador de los Diputados Ciudadanos, Clemente Castañeda, aseguró que vale la pena distinguir entre la crisis del deporte mexicano, el fracaso del sistema deportivo mexicano y la loable participación que han tenido los atletas de nuestro país. Basta con echar un vistazo a la grave precariedad en la que nuestros atletas de alto rendimiento trabajan para conseguir los objetivos deportivos. Los atletas que mayor recursos reciben, son aquellos atletas de alto rendimiento que han sido medallistas olímpicos, que han sido campeones panamericanos, campeones centroamericanos y lo más que reciben de parte del Estado Mexicano son 60 mil pesos. Pero el resto y la generalidad de los deportistas de este país que tienen acceso a recursos estatales recibe menos de 10 mil pesos, y con esos 10 mil pesos tienen que sortear absolutamente toda su preparación, pagar su manutención y pagar sus distintos viajes para ir a competir a los selectivos.

Clemente Castañeda afirmó que es una vergüenza que el Estado Mexicano tenga en esa situación a sus propios deportistas, dado que la gran mayoría que ha sido exitosa en el país y en el mundo o incluso en la región, ha sido fundamentalmente por esfuerzos de carácter individual y esfuerzos de carácter familiar y no a un proceso sistemático de gestión deportiva del estado mexicano. El coordinador de Movimiento Ciudadano mencionó que el fracaso del sistema deportivo mexicano en términos generales tiene dos vertientes: una de carácter institucional y otra de carácter personal.

Las instituciones no se manejan solas, así es que podemos decir sin temor a equivocarnos que gran parte de la responsabilidad que recae en el fracaso del sistema deportivo mexicano tiene que ver con el titular de la Conade, el señor Alfredo Castillo, que a estas alturas ya tiene una medalla olímpica en incompetencia. Así lo acredita su paso por distintas instituciones públicas y así lo acredita hoy el lamentable fracaso de la delegación mexicana en los juegos olímpicos, afirmó el diputado ciudadano. Lamentablemente el único mérito que tiene el Sr. Castillo es ser amigo del grupo gobernante de este país, pero sus cuentas y la manera tan vergonzosa en la que ha conducido a la Conade, y para ser mucho más enfático, todos los escándalos de corrupción, de mal manejo de recursos, la manera en la que ha gastado el presupuesto y la manera en la que ha descuidado la parte sustancial del sistema deportivo mexicano, me parece que debe de llevar al Estado Mexicano en su conjunto, pero particularmente al gobierno federal, a rendir cuentas muy puntuales sobre el desempeño de Castillo demandó Clemente Castañeda.

Ante dicha reflexión, la bancada de Movimiento Ciudadano está presentando esta iniciativa, para reformar los artículos 17, 18, 30 y 34 de la Ley General de Cultura Física y Deporte, que contempla los siguientes elementos:

1) Garantizar el apoyo a todos los atletas en su etapa de preparación, cambiando el enfoque de estos estímulos, para que se amplíen y se distribuyan de mejor manera, y para que se logre cubrir gastos de transportación, vestuario, equipamiento, entre otros.

2) Modificar la estructura de la Junta de Gobierno de la CONADE para que existan mayores equilibrios y no se centralicen las decisiones en un grupo de funcionarios; y menos cuando los funcionarios tienen el perfil como el del Sr. Castillo. Para que las Federaciones y Asociaciones Deportivas tengan voz y voto en el destino de la política deportiva, y sobre todo, para que acabe el cuestionable manejo de los recursos públicos de la CONADE y su discrecional conducción política y administrativa.

3) Reformar el método de designación del Director de la CONADE para que el Ejecutivo deba hacerlo mediante una convocatoria pública y una amplia consulta con las Federaciones y Asociaciones Deportivas, y este cargo sea ocupado por la persona con el perfil idóneo y el consenso suficiente, porque el problema de quienes dirigen una instancia pública es un problema no sólo de diseño institucional, sino que por supuesto se trata de evitar lamentables historias como la que está aconteciendo estos días.

La difícil situación por la que atraviesa el deporte mexicano es un reflejo de nuestra debilidad institucional y de las persistentes redes de complicidad que tienen secuestrados muchos aspectos de la vida pública. El llamado de atención que nos hacen los atletas mexicanos debe ser un primer paso para emprender cambios positivos y replantear nuestra política pública en materia de deporte, concluyó Castañeda.